Siempre quise ser maestra...

Desde pequeñita tuve muy claro que quería dedicarme a la educación y poder acompañar a los niños y las niñas a tener una infancia feliz, a ir descubriendo todos los valores que se necitan esta vida e ir ayudándoles a que, a través de la experimentación, el descubrimiento y el juego, fueran alcanzando todas las capacidades que necesitan para conseguir un desarrollo íntegro.

Comencé formándome como Técnica en Educación Infantil, al acabar el ciclo formativo me aventuré a seguir con la titulación de Maestra en la especialidad de Educación Infantil.

Cuando comencé en la Universidad compaginé mis estudios cuidando de un niño y de su hermana, que me abrieron los ojos y me hicieron volver a ver el mundo a través de los suyos.

Después de ocho años, dejándome sentir como de su familia, comencé a trabajar como educadora en una Escuela Infantil con niños y niñas de 0 a 3 años.

Fue aquí cuando, un día, hablando con una mamá me di cuenta de que ser educadora, maestra... es mucho más de lo que pensamos, ya que no solo es acompañar a los/as niños/as en su proceso de desarrollo y ser una guía para ellos/as proponiéndoles ambientes de aprendizaje, sino que implica una continua renovación pedagógica para poder dar respuesta a todas las inquietudes que pueden surgir en el ambiente familiar.

De este modo comencé a formarme como Asesora de Lactancia (a través de Edulacta), Educadora certificada en Disciplina Positiva en familia y primera infancia (de la mano de Marisa Moya), Asesora de Baby Led Weaning (a través de La Escuela de BLW), Profesora de yoga para niñ@s y familias (junto a Yoga Maya Kids) e Instructura de Baby Signs, así como en pedagogías activas.

Después de otros ocho años, sintiendo más la Escuela como una gran familia que como mi lugar de trabajo y después de aprender tanto al lado de mis compañeras, de los/as niños/as y sus familias, comencé una nueva andadura como directora en una Escuela Infantil de nueva creación, en donde sigo avanzando para poder acompañar y guiar a las familias y a sus pequeños tesoros.

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Fue en esta etapa cuando pasé por una situación algo complicadilla en mi vida, fueron momentos duros pero, ahora con distancia, también de aprendizaje. Aprendí el verdadero significado de que la vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa y también aprendí a cuidarme, a pensar en mí y en mi bienestar.

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Cuando empecé a superar esa etapa fue cuando comencé a buscar productos más naturales, ir reduciendo tóxicos en mi día día, a ejercitar mi cuerpo y mi mente, a buscar nuevas aficiones para realizar en aquellos ratitos que me dedico a mi... y así sin buscar un día llegaron los aceites esenciales a mi vida, al principio (y sinceramente) no les presté mucha atención pero un día me picó la curiosidad y decidí realizar una formación de un mes de duración en dónde cada día iba descubriendo la aromaterapia y los aceites esenciales, reconozco que me sorprendió todo lo que éstos pueden hacer por nosotros y los innumerables beneficios que tienen. Deseaba que acabara la formación para poder hablar con la persona que la estaba realizando y poder adquirir mi kit de inicio, así que nada más acabar me tiré a la piscina y en unos días ya tenía una caja maravillosa, que sin abrirla me demostraba el poder de los aceites esenciales y todo lo bueno que iban a hacer por mí.

Desde entonces he ido compartiendo mi día a día con ellos para dar a conocer todos los beneficios que tienen y además he encontrado el tandem perfecto entre aromaterapia y educación consciente para poder ayudar a familias y docentes a crear entornos llenos de equilibrio y armoní, ya que gracias a los aceites esenciales podemos ayudar a nuestros/as peques a acompañar sus rutinas y regular sus emociones, además de que nosotros/as también nos beneficiamos de todo el poder que tienen.

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Una vez escuché a una persona maravillosa, mientras hacía un taller sobre disciplina positva, que eramos entrenadores/as de vida y sinceramente me enamoré de aquella exprexión. Los entrenadores de vida utilizan una diversidad de herramientas y métodos para ayudar a aprender y a desarrollar las destrezas y habilidades necesarias para convertirse en personas independientes capaces de resolver situaciones y adaptarse al momento que se está viviendo, te acompaña a descubrir tu verdadero potencial y a ayudarte a establecer objetivos verdaderos que te generen un bienestar global en tu vida.

Ahora me siento un poquito así, una entrenadora de vida que te ofrece las herramientas necesarias para descubrir todo lo bueno que hay en tus peques, que hay en ti, para que te cuides y cuides de tu familia, para que puedas afrontar las situaciones que se presentan... porque juntos/as todo es mejor.